Todos los secretos sobre la invernada en las praderas y verdeos de la estancia Don Gino

Sólo por el paladar y el consiguiente buen gusto se puede opinar que no hay mejor corte, sobre todo para la parrilla, que el de un buen novillo liviano para consumo.
Con ese concepto se tiene la base para dar buena fé de la especialidad que exhibe Gino Maito, que en el establecimiento de su propiedad que lleva su nombre, se dedica a hacer maravillas con estos animales, como lo reflejan los premios obtenidos en diversas exhibiciones rurales.
En el campeonato de novillos, durante la última Exposición Rural de Palermo obtuvo los primeros premios de las categorías consumo liviano Aberdeen Angus y consumo pesado o exportación.
Maito explicó que se trata de un ciclo cerrado que comienza con la producción de terneros en el campo de cría La Noemí, también ubicado en General Alvear. Desde ese establecimiento se los envían destetes, cuando las vaquillonas pesan 155 kilos y los novillos 160.
En Don Gino están preparadas las praderas y verdeos de invierno de alta producción, logrados mediante siembra directa.
Este es un aspecto que el productor pondera porque asegura el pastoreo,a aún en épocas de abundantes lluvias.
La alimentación se complementa con la utilización de grano húmedo de maíz y rollos de avena granada, todo un festín!, que permite lograr con las pasturas aumentos invernales del orden de los 700 gramos por día.
Esta mecánica permite, a juicio de Maito, llegar al mercado con el novillo terminado y pesando 380 kilogramos ante el segundo invierno.
Respecto de las vaquillonas, se logran aumentos de 600 gramos por día, lo que permite el servicio a los 15 meses, con un peso próximo a los 280 kilos, y destinar el excedente a la venta como gordo a mercado.
Anualmente se fertilizan las praderas con fósforo y se utilizan como base las de mejor calidad, la cebadilla y el trébol, blanco y rojo, para novillos.
En los sectores intermedios se trabaja sobre la base de festuca, tréboles y lotus, para vaquillonas.
El campo es atendido por Fermín Oscar Figueroa, oriundo del lugar.
Maito destacó el asesoramiento del ingeniero Carlos Silva en cuanto al manejo de su producción.
El hombre no es un improvisado, ya que exhibe una trayectoria de veinte años en la actividad de cría de puro controlado de Aberdeen Angus.
Desde hace cinco años está dedicado a la producción intensiva de novillos, con gran facilidad de engorde, con un solo invierno dentro del campo.

Héctor Manuel Delfino
La Nación Octubre 1998